Con tanto hacer miniaturas he tenido
abandonada durante bastante tiempo
mi casita Liverpool , lo cual no
deja de ser paradójico.
Sin embargo, aunque la entrada de hoy
tiene que ver con el salón de mi casa, en realidad es sólo una excusa para
poner unos tutos sobre cómo hacer espejos.
El material que he utilizado, son
láminas de espejo plástico. Es decir, se pueden cortar con unas
tijeras.
Para hacer el primero,que es el único moderno que he hecho, he utilizado también una lámina de
espejo roja de una caja de crema facial.
El segundo espejo que intenté hacer
fue uno octogonal de estilo veneciano. Como no conocía el material,
supuse que podía grabar con una gubia las aristas, sin embargo, lo
que no sabía era que además de tener un plástico protector fácil
de retirar, también tiene otro plástico que al rallar el cristal se
quita por algunas partes, pero quitarlo entero sin cargarnos el
espejo es muy difícil.
Como esos espejos me encantan, seguí
dándole vueltas a cómo podría hacerlos y recordé que tenía una
cinta adhesiva de aluminio. La he cortado en tiras finas y la he
pegado siguiendo el dibujo de las aristas. No me entusiasma el
resultado, pero os lo muestro para que veáis el resultado.
Siguiendo con la misma idea, he
utilizado unas tiras de estaño, a las cuales previamente les he dado una
pizca de forma para que no quedaran planas del todo.
Los remates que están en las
intersecciones, están hechos con estaño mediante una troqueladora. El resultado es algo mejor.
Sin embargo, mi verdadero problema era
el espejo que quería poner sobre la chimenea del salón. Un espejo
trumeau.
Son espejos originarios de Francia y se
comenzaron a manufacturar en el siglo XIX, aunque los podemos
encontrar de diferentes estilos, como el estilo Luis XV , llenos de
intrincados dorados vegetales; Luis XVI, algo menos profuso en
decoración, con alguna escena alegórica o de tipo pastoril pintadas;
y en el siglo XIX con la serenidad del estilo neoclásico.
Truemau significa
entreventana en francés, que es precisamente el espacio que estaba destinado a
estos espejos.
He utilizado madera
de balsa que como sabéis es muy fácil de trabajar.
En un futuro no
muy lejano, me gustaría utilizar alguna madera algo más noble,
aunque he de aprender mucho sobre maderas y sobre herramientas.
Os dejo la
explicación en imágenes pues creo que son suficientemente claras, como siempre, pinchad en ellas para verlas más grandes.
Si queréis
recordar cómo es la técnica del pan de oro, pinchar
aquí.
Por su
puesto que el dorado lo podéis aplicar con pintura acrílica, con
pátina a la cera, o con pan de oro. Dependiendo de las ganas de
trabajar que tengáis. Yo he utilizado las tres técnicas y os las
mostraré para que podáis elegir.
Y así es como
ha quedado mi primer espejo trumeau.
Ya veréis que si
empezáis a hacerlos, no os conformaréis sólo con uno, porque son muy entretenidos, el resultado es muy efectivo, es barato, y
además accesible a todo el mundo. ¿Qué más se puede pedir?
Os
muestro el proceso que he seguido para craquelar otro espejo trumeau
más pequeño que el aterior y hecho prácticamente igual.
Primero he usado
pintura acrílica oscura azul y cuando ha secado he aplicado el
primer componente del craquelador. Tras dejarlo secar, he pintado con
un color claro y con dorado. Cuando han secado, le he dado el segundo
componente del craquelador y he aplicado calor con un secador, para
que las grietas queden más pequeñas que si lo dejamos secar al
aire.
Aquí tenéis un
detalle de cómo queda el dorado pintado con acrílico y envejecido
ligeramente con betún de Judea. He de confesaros que después le he
dado con la cera dorada de patinar, porque lo veía demasiado amarillo.
Me gusta mucho cómo quedan todos juntos.
Como no hay dos sin
tres, pues ahí va otro. Pero este espejo tiene algo muy especial, unos
pendientes de extremeña que estaban rotos, y que llevaban guardados
mucho tiempo en un cajón.
Los he utilizado
como apliques para colocar unas velas a cada lado del espejo.
Como ya os he
dicho, una vez que se empieza, es difícil parar, y aunque me gusta
mucho el espejo azul, quería ponerle algo más de luz al salón, pues
estaba un poquito oscuro. De modo que hice otro espejo. Aunque la
diferencia con los anteriores, éste es parte de la obra
de la chimenea.
En la segunda
fotografía tenéis una imagen de cómo curvar la madera de balsa,
aunque no se refleja que previamente debéis de humedecerla para que
no se rompa.
Apliqué con
esponja acrílico blanco por fuera y por dentro. Cuando hubo secado,
al exterior le aplique cera con betún de Judea y saqué brillo. Al
interior le di con cera incolora, y con un pincel, apliqué polvos de
pastel negro y limpié.
Cuando tenga el
salón menos desangelado, os lo enseñaré con el espejo encendido.
Espero que os hayan
gustado y que os animéis a hacerlos. Ya veréis que trabajo tan
agradecido.
Muchas gracias por
vuestros comentarios, la verdad es que hacen que me motive mucho más cuando hago miniaturas.