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Esta es la historia de una escena, y de cómo una idea aparentemente sencilla, germina y crece hasta que se nos va de las manos.
Todo empezó porque quería hacer un tutorial sobre cómo
dar un aspecto oxidado a las superficies. Para ello quería utilizar
una pieza que aprecio mucho. Una silla de jardín de Phoenix
miniaturas.
Había pensado hacerle una peana con
baldosas de pizarra, y colocar junto a la silla de jardín otros
objetos con diferentes grados de oxidación.
Por tanto el primer reto era imitar la
pizarra convincentemente.
Ya veréis que el proceso a pesar de
ser muy sencillo es también muy efectivo.
En primer lugar si queréis las
baldosas de tamaños regulares cuadradas y rectangulares,
cuadriculáis un papel por la parte de atrás. Yo he utilizado papel
de acuarela de 370 g, que no llega a ser ni tan flexible como una
cartulina ni tan rígido como el cartón.
Con masilla plástica para tapar
agujeros, he ido cubriendo el papel (por la parte que no tiene la
cuadrícula dibujada) utilizando una espátula y siguiendo siempre la
misma dirección.
Después he pintado con pintura
acrílica negra y cuando ha secado, he dado dos capas de Alkil para
impermeabilizar bien la superficie.
Para matar el brillo de la superficie,
usad polvos de talco. Y ya tenéis una plancha grande de pizarra que
podría servir para una encimera por ejemplo.
También podéis cortarla de forma
irregular o como yo he hecho, en cuadrados y rectángulos.
Para hacer la peana he utilizado madera
gruesa de balsa, sobre ella he untado la masilla y he ido pegando las
baldosas. He rellenado las juntas con masilla y una jeringuilla,
quitando el sobrante con el dedo antes de que se secara con el fin de
quedar las baldosas lo más limpias posibles.
Si se os seca la masilla sobre las
baldosas, hay que quitarlo con cuidado de no frotar demasiado, para
que no salga la pulpa del papel. Podéis usar para tal fin, un
bastoncillo de los oídos humedecido en agua.
Volvemos a dar Alkil y cuando haya
secado, repetimos con el talco. Si las juntas os han quedado demasiado
blancas, podéis ensuciarlas con pintura acrílica.
En mi caso, he hecho crecer además, un poco de
musgo.
Llegados a este punto, ya podía
plantar mis objetos oxidados en alguna parte, pero...¿qué pondría
detrás? En fin, que sin a penas darme cuenta, empecé a realizar las
paredes laterales, pero claro no podían ser sencillitas, había que darle un poquito de mambo al asunto, de modo que una pared sería encalada y la otra de madera, y añadiría también una ventana. ¿Veis a qué me refiero cuando digo que se me había ido de las manos?.
Están realizadas con cartón pluma, balsa de distintos grosores, acetato para la ventana y masilla.
Como podéis ver, por fin, he logrado hacer un efecto craquelado decente.
(Quienes me conozcan un poquito, sabrán que era algo que me tenía
frita)
Lo he logrado utilizando craquelador de dos pasos. El efecto es genial, pero el único inconveniente es que al terminar, la superficie brilla de un modo poco natural. Para matar ese brillo, hay que lijar, encerar ligeramente y empolvar con talco.
Ya que tenía pizarra en abundancia,
decidí hacer un entramado de vigas y ponerle un techo de pizarra. ¿Cómo no iba a añadirle un techo también?
Al cortar la plancha de pizarra,
tenemos el inconveniente de que se ven los laterales blancos, de modo
que hay que volver a pintarlos de negro.
Para terminar se vuelve a dar talco, y
se limpia el sobrante con una brocha seca
Sin embargo, la cosa no termina aquí,
pues recordé que tenía una lámpara hecha con una ventosa de
plástico y pintada como si estuviera vieja y oxidada, que unida a una bombillita con dos pilas, fruto de alguna
excursión a los chinos, sería perfecta para que este pequeño
escenario también tuviera luz.
Pues eso, doble tirabuzón, carpado hacia adelante y mortal hacia atrás.
Empapelé la parte de atrás con uno de los imprimibles que podéis encontrar en el blog, y este es el resultado final.
Una
pequeña escenografía llena de posibilidades que ahora me queda por vestir. Y claro, ahora no sólo quiero poner un montón de objetos roñosos, también quiero flores.
Creo que es un
proyecto muy sencillo, perfecto para aquellos de vosotros que sepáis
hacer plantas. Porque...¿no me digáis que una glicinia en la parte
derecha no le vendría bien? ¿o verbena bajo la ventana?
El tuto sobre efectos de óxido lo
aplazamos para otra ocasión, mientras tanto, espero que esta entrada
de hoy os haya gustado y si os resulta útil, pues mucho mejor.
Bienvenidos a las últimas incorporaciones, y a todos
gracias por estar ahí.
Un abrazo.