Como viene siendo habitual, la idea era darle un aspecto más vivido y hacer que parezca un mueble recuperado.
Para terminar, lijé con la intención de desgastar el mueble allí donde hacía falta,apliqué un poco de cera y saqué brillo.
Busqué un papel algo anticuado para la parte de atrás y lo empapelé.
Cuando lo miraba, más me parecía que su sitio debía ser el cuarto de baño y no el dormitorio como pensé al principio, de manera que quité el espejo y lo sustituí por un acetato duro que hiciera las veces de cristal y así lo dejé en espera de tener más tiempo y terminar el trabajo poniéndole unas baldas.
Pues bien, el viernes por fin me dispuse a terminar el mueble (no tan convencida de los colores, todo hay que decirlo, pues ahora se me hacía raro ver un mueble beige al lado de los otros tan blancos) ya tenía las maderitas cortadas y lijadas, me dispuse a coger el armario y cuando lo tomé ...
...noté cómo se desintegraban los huesos de mi mano derecha y el pobre armario de cuarto de baño del color equivocado se precipitó hacia el suelo, mientras mi mano inerte se quedaba mirando los fragmentos como un guante escurriendo en un tendedero.
Continuará...
que se passou con tu mano? no lo entendi....algo grave?
ResponderEliminarque le paso al armario!!!!??, menos mal que ya no tenia el espejo!!, espero la continuación!......equivocado o no te quedo espectacular el cambio!
ResponderEliminarPermiteme felicitarte, por este blog tan magnifico, no te puedes imaginar lo contenta que estoy por decubrir esta fuente de imaginación y buen gusto.
ResponderEliminarMuchas gracias por mostrarnos tantas cosas.
Besos