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Este blog está dedicado a la creación de miniaturas 1:12. En él descubriréis tutoriales, técnicas, enlaces a grandes miniaturistas, decoradores y artistas. Pero sobre todo,encontraréis mucha ilusión en cada proyecto y ganas de ayudar.

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domingo, 23 de septiembre de 2012

Efectos de óxido II


Hoy vamos con la segunda parte de cómo imitar efectos de óxido con pinturas acrílicas.

Me he dado cuenta de que sólo el apartado de óxidos, merece un blog para él sólo. Quiero decir con esto, que podéis hacer mil pruebas usando todo tipo de combinaciones cromáticas, y de todas ellas aprenderéis algo. De modo que no os cortéis y empezad sin miedo, porque a parte de que se aprende mucho, es muy divertido.

Para hacer mis pruebas he utilizado el metal de las latas de bebidas. Ojo que es fácil cortarse. Cuando tengamos nuestras láminas de metal tratadas, las podremos utilizar para hacer cualquier cosa que se suponga metálica y roñosa.

Una vez que tenéis cortada la lata en un rectángulo, si queréis aplanarla ayudaros de un bolígrafo por ejemplo.

Para empezar y conseguir que la pintura agarre, es mejor imprimar, sobre todo si vais a utilizar la parte exterior de la lata. Para ello, he utilizado pintura en espray que agarra sin necesidad de imprimar previamente.
Desgraciadamente, la cámara desvirtúa un poco el color, y a pesar de hacer las fotos un montón de veces, no reflejan exactamente los colores de la realidad.

En todos los casos he dado la pintura a toquecitos con un pincel despeluchado y/o los dedos y/o esponja desmaquilladora. Es decir, probando de mil maneras y todas a la vez.

No os emocionéis mucho mezclando colores en abundancia sin que hayan secado del todo, porque podéis conseguir un perfecto color caca que no nos lleva a ninguna parte.

Usad cualquier color que os apetezca, no solo pardos y marrones, también amarillos, rojos, azules, verdes, ... pues los metales al oxidarse adquieren tonalidades de lo más diversas.

Por la parte de atrás , podéis apuntaros los colores que habéis utilizado, y ya tenéis un muestrario de óxidos para repetir cuando gustéis.


Para que contrastéis el efecto, he barnizado cada placa con barniz cerámico en la parte superior, el centro está sin barnizar, y en la parte inferior he dado goma laca.
Todo depende de lo que busquéis, pero tened presente que el barniz cerámico es muy brillante y la goma laca brilla mucho menos.
Si preferís un acabado mate absolutamente, lo podéis dejar sin nada o darle una protección extra con barniz acrílico en espray.

¿Recordáis mi silla de Phoenix miniaturas? Para oxidarla he utilizado una mezcla de dos técnicas.

Primero he imprimado en blanco,y he aplicado por este orden color arcilla, verde salvia, calabaza y marrón, esperando que secara cada color entre capa y capa.

He pintado de blanco ayudándome de una esponja de desmaquillar dejando algunas zonas sin cubrir para que se vea el óxido anterior. Además he aplicado el primer efecto que vimos en la entrada anterior, con manchas marrones en algunas zonas con algo de oxido alrededor.
Como me resultaba algo irreal pues el blanco estaba reluciente, cuando ha secado, he barnizado la pieza entera con goma laca, y he envejecido con betún de Judea y cera. Si envejecéis sin dar la goma laca, el betún arrastra la pintura y fastidiamos todo el trabajo.
Y este es el resultado final.

Por hoy lo dejamos aquí, pero la próxima entrada os muestro cómo ha quedado la escena que estaba preparando, y un par de cositas más sobre efectos de óxido, pero esta vez con texturas táctiles.

Como siempre, os estoy muy agradecida por todos los mensajes que dejáis en el blog. Gracias por estar ahí.
Un abrazo


domingo, 16 de septiembre de 2012

Efectos de óxido I


Hoy vamos a ver cómo podemos imitar diferentes efectos de óxido con pinturas acrílicas. Por su puesto que debe de haber un montón de técnicas, pero sólo puedo mostraros las que yo he aprendido usando la intuición y la observación.

El tutorial de hoy pretende servir de pequeño empujoncito para aquellos que os gusta hacer las cosas por vosotros mismos. A demás, os garantizo, que es muy divertido.
Deberéis mancharos las manos, pues los dedos son muy útiles para pintar, además necesitaremos esponjas de desmaquillado.

Primero vamos a ver el efecto más sencillo, el cual ya probé hace tiempo en una cocina de gas antigua, aunque entonces utilicé óleos en vez de acrílicos. Nuestra superficie ha de estar brillante. Yo he utilizado una jarra hecha con papel de acuarela, pintada previamente y barnizada con barniz cerámico. Sobre la superficie pintáis unas manchas pequeñas e irregulares marrones y/o negras, y cuando hayan secado, podéis oxidar al rededor mediante la aplicación de un color arcilla.

 Para que la mancha quede difuminada, o bien aplicáis con el pincel poco cargado de pintura, o bien dais con los dedos o con una esponja de desmaquillar.

Para el segundo efecto, he utilizado una jarra metálica que he hecho con una lata de cerveza.
La secuencia fotográfica  es bastante descriptiva, sólo falta el asa, el cual lo he realizado con una tira delgada y doblada sobre sí misma, también de lata.

Lo primero que he hecho ha sido imprimar con una pintura de imprimación para superficies de difícil adherencia. Os aconsejo el blanco o el negro. 

 He pintado de plateado y he oscurecido en algunas zonas con una esponja para buscar la apariencia de los objetos de zinc.
Seguidamente he pintado zonas amplias e irregulares de color arcilla con el pincel bastante seco, y he ido pintando zonas más pequeñas y localizadas de color calabaza y amarillo. Usad los dedos para difuminar si lo veis necesario.

 Este mismo tipo de óxido es el que he utilizado para los anuncios metálicos.

 No os asuste poner amarillo mostaza. Hasta el más intenso queda bien si está rodeado de colores terrosos.

 Como podéis ver aquí, usando simplemente negro y color arcilla puede ser suficiente.

 La lámpara está hecha a partir de una ventosa de plástico.
Lo primero que hice fue cubrirla con gesso para endurecerla y darle algo de textura. Después pinté de negro, y cuando hubo secado, apliqué con una esponja de desmaquillar acrílico color marrón, arcilla y color calabaza, por ese orden y sin esperar a que seque.



Por hoy lo dejamos aquí, para no hacer esta entrada demasiado larga. 
La próxima vez, os enseñaré cómo conseguir texturas, colores y efectos un poquito más complicados pero igualmente efectivos.

No es difícil, tan sólo es cuestión de intentarlo varias veces haciendo pruebas en diferentes superficies añadiendo pequeñas modificaciones. Cuando os sintáis más seguros, podéis aplicar lo que habéis aprendido sobre vuestras miniaturas, empezando por los objetos menos valiosos por si aún tenéis miedo.


Muchas gracias por vuestro interés, por vuestros comentarios y por vuestro apoyo.

Un abrazo

domingo, 9 de septiembre de 2012

Pizarra


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Esta es la historia de una escena, y de cómo una idea aparentemente sencilla, germina y crece hasta que se nos va de las manos.

 Todo empezó porque quería hacer un tutorial sobre cómo dar un aspecto oxidado a las superficies. Para ello quería utilizar una pieza que aprecio mucho. Una silla de jardín de Phoenix miniaturas.

 Había pensado hacerle una peana con baldosas de pizarra, y colocar junto a la silla de jardín otros objetos con diferentes grados de oxidación.
Por tanto el primer reto era imitar la pizarra convincentemente.

 Ya veréis que el proceso a pesar de ser muy sencillo es también muy efectivo.
En primer lugar si queréis las baldosas de tamaños regulares cuadradas y rectangulares, cuadriculáis un papel por la parte de atrás. Yo he utilizado papel de acuarela de 370 g, que no llega a ser ni tan flexible como una cartulina ni tan rígido como el cartón.

 Con masilla plástica para tapar agujeros, he ido cubriendo el papel (por la parte que no tiene la cuadrícula dibujada) utilizando una espátula y siguiendo siempre la misma dirección.

Después he pintado con pintura acrílica negra y cuando ha secado, he dado dos capas de Alkil para impermeabilizar bien la superficie.

Para matar el brillo de la superficie, usad polvos de talco. Y ya tenéis una plancha grande de pizarra que podría servir para una encimera por ejemplo.

 También podéis cortarla de forma irregular o como yo he hecho, en cuadrados y rectángulos.

 Para hacer la peana he utilizado madera gruesa de balsa, sobre ella he untado la masilla y he ido pegando las baldosas. He rellenado las juntas con masilla y una jeringuilla, quitando el sobrante con el dedo antes de que se secara con el fin de quedar las baldosas lo más limpias posibles.
Si se os seca la masilla sobre las baldosas, hay que quitarlo con cuidado de no frotar demasiado, para que no salga la pulpa del papel. Podéis usar para tal fin, un bastoncillo de los oídos humedecido en agua.

 Volvemos a dar Alkil y cuando haya secado, repetimos con el talco. Si las juntas os han quedado demasiado blancas, podéis ensuciarlas con pintura acrílica.

En mi caso, he hecho crecer además, un poco de musgo.

Llegados a este punto, ya podía plantar mis objetos oxidados en alguna parte, pero...¿qué pondría detrás? En fin, que sin a penas darme cuenta, empecé a realizar las paredes laterales, pero claro no podían ser sencillitas, había que darle un poquito de mambo al asunto, de modo que una pared sería encalada y la otra de madera, y añadiría también una ventana. ¿Veis a qué me refiero cuando digo que se me había ido de las manos?.
Están realizadas con cartón pluma, balsa de distintos grosores, acetato para la ventana y masilla. 

 Como podéis ver,  por fin, he logrado hacer un efecto craquelado decente. (Quienes me conozcan un poquito, sabrán que era algo que me tenía frita)
Lo he logrado utilizando craquelador de dos pasos. El efecto es genial, pero el único inconveniente es que al terminar, la superficie brilla de un modo poco natural. Para matar ese brillo, hay que lijar, encerar ligeramente y empolvar con talco.

Ya que tenía pizarra en abundancia, decidí hacer un entramado de vigas y ponerle un techo de pizarra. ¿Cómo no iba a añadirle un techo también?
Al cortar la plancha de pizarra, tenemos el inconveniente de que se ven los laterales blancos, de modo que hay que volver a pintarlos de negro.
Para terminar se vuelve a dar talco, y se limpia el sobrante con una brocha seca

Sin embargo, la cosa no termina aquí, pues recordé que tenía una lámpara hecha con una ventosa de plástico y pintada como si estuviera vieja y oxidada, que unida a una bombillita con dos pilas, fruto de alguna excursión a los chinos, sería perfecta para que este pequeño escenario también tuviera luz. 
Pues eso, doble tirabuzón, carpado hacia adelante y mortal hacia atrás.

Empapelé la parte de atrás con uno de los imprimibles que podéis encontrar en el blog, y este es el resultado final. 

Una pequeña escenografía llena de posibilidades que ahora me queda por vestir. Y claro, ahora no sólo quiero poner un montón de objetos roñosos, también quiero flores.

 Creo que es un proyecto muy sencillo, perfecto para aquellos de vosotros que sepáis hacer plantas. Porque...¿no me digáis que una glicinia en la parte derecha no le vendría bien? ¿o verbena bajo la ventana?

El tuto sobre efectos de óxido lo aplazamos para otra ocasión, mientras tanto, espero que esta entrada de hoy os haya gustado y si os resulta útil, pues mucho mejor.

Bienvenidos a las últimas incorporaciones, y a todos gracias por estar ahí.
Un abrazo.


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