Muebles pintados a mano

Me encantan los muebles de época pintados a mano.

No llenaría una casa entera con ese tipo de muebles pues resultaría empalagosa, pero sí que funcionan muy bien rodeados de un entorno más sencillo, incluso moderno. Atraen la atención y se convierten en piezas clave de la decoración.

 Si tenéis alguna pieza que os resulte impersonal, aburrida, e incluso fea, tratad de imaginárosla pintada, quizás se convierta en una de vuestras piezas favoritas. 

 He estado experimentand con un armario que tenía. Quería probar algo nuevo y aunque no me entusiasma el resultado final, sí que se puede aprender algo. De modo que ahí va.

 Como siempre, he lijado e imprimado primero con Alkil,  he vuelto a lijar, y he pintado de beige muy claro.

 He pintado unos motivos geométricos muy sencillos con un rotulador indeleble metálico de color dorado. En esta fase os recomiendo menos osadía que la mía, y probad a hacer el motivo en un papel primero, para que estéis seguros de que el resultado final será de vuestro agrado.

 He dejado secar bien los dibujos, y he lijado para darle un aspecto envejecido. Hay que hacerlo con mucha suavidad, porque se ennegrece el la tinta mucho si nos pasamos. Si borráis el dibujo de tanto lijar, podéis pintar otra vez, pero lijad de nuevo, pues si dejáis una parte lijada y otra no, se nota mucho.

 He dado con una muñequilla un poquito de cera incolora, y he sacado brillo con un trapo de lana.
 Para envejecer y simular la pátina del tiempo, NO uséis betún de Judea, pues disuelve toda la pintura del rotulador. Usad sombra de ojos, que quedará bien adherida al mueble gracias a la cera que le dimos previamente.

  Este es el resultado final.

  Como podéis ver, es importante ensayar primero para hacerlo con seguridad, y no improvisar sobre la marcha sin tomar medidas ni nada. (Prometo seguir mi propio consejo la próxima vez)

 Espero que mi inexperiencia os haya servido. Un fuerte abrazo y gracias por estar ahí. Es muy agradable sentirse útil.

-->