Compré este escritorio (en una tienda de chinos) sin estar plenamente convencida, ya que lo he visto personalizado de mil maneras distintas y ninguna terminaba de llenarme.
Tras darle muchas vueltas, decidí probar con la técnica del pan de plata.
Espero que el resultado os guste tanto como a mí.
Lógicamente, para transformar esta pieza de plástico no he utilizado pan de plata de verdad. En su lugar he utilizado un falso pan de plata que se vende en librillos de 25 laminas de 14x14cm.
Os recomiendo que os empolvéis bien las manos con talco ya que es muy fino y se puede pegar a los dedos.
Lo primero que hacemos es lijar con suavidad, limpiar y pintar con acrílico el color base. Normalmente con el pan de plata se suele pintar de azul (o algún color frío), y con el pan de oro la base suele ser rojo, pero en este caso he preferido usar un color tórtola (turtle dove).
También hubiera valido blanco.
Rompéis con los dedos el pan de plata en trocitos pequeños, no os preocupéis si queda muy irregular. Seguidamente aplicáis mixtión rápido al agua o al alcohol, es un líquido de aspecto lechoso que se compra en cualquier tienda de manualidades. Los tiempos de espera son muy cortos en cualquiera de los dos casos.
Para trabajar bien, la superficie debe mantenerse seca pero pegajosa, si no es así tendréis que volver a dar mixtión.
Colocáis las hojas de pan de plata sobre la superficie dando con un pincel de acuarela (o de cerdas muy suaves) pequeños toquecitos. El pan de plata se va alojando allí donde está en contacto con la superficie a la que hemos dado el mixtión y no sobre los restos de pan de plata que ya están aplicados, de manera que la superficie va quedando cubierta de forma homogénea.
Cuando lo tengáis cubierto del todo, cepilláis suavemente con una brocha para que no os queden trozos sueltos. Aplicáis goma laca transparente para proteger el pan de plata.
Para terminar, se aplica cera virgen mezclada con betún de Judea y se saca brillo.
Ya sabéis que busco que mis muebles tengan un aspecto envejecido, de modo que no he cubierto del todo la superficie, dejando irregularidades que le dan ese aspecto de mueble recuperado.
Se nota que me gusta como ha quedado, ¿verdad?. Lo más curioso es que este tocador no me cuadraba en ningún sitio y ahora coordina con todo tipo de muebles.
Os recomiendo vivamente que lo intentéis.
No es nada difícil, es barato, entretenido y los muebles dan un cambio total.
Espero haberos sido útil.
Un abrazo
Tras darle muchas vueltas, decidí probar con la técnica del pan de plata.
Espero que el resultado os guste tanto como a mí.
Lógicamente, para transformar esta pieza de plástico no he utilizado pan de plata de verdad. En su lugar he utilizado un falso pan de plata que se vende en librillos de 25 laminas de 14x14cm.
Os recomiendo que os empolvéis bien las manos con talco ya que es muy fino y se puede pegar a los dedos.
Lo primero que hacemos es lijar con suavidad, limpiar y pintar con acrílico el color base. Normalmente con el pan de plata se suele pintar de azul (o algún color frío), y con el pan de oro la base suele ser rojo, pero en este caso he preferido usar un color tórtola (turtle dove).
También hubiera valido blanco.
Rompéis con los dedos el pan de plata en trocitos pequeños, no os preocupéis si queda muy irregular. Seguidamente aplicáis mixtión rápido al agua o al alcohol, es un líquido de aspecto lechoso que se compra en cualquier tienda de manualidades. Los tiempos de espera son muy cortos en cualquiera de los dos casos.
Para trabajar bien, la superficie debe mantenerse seca pero pegajosa, si no es así tendréis que volver a dar mixtión.
Colocáis las hojas de pan de plata sobre la superficie dando con un pincel de acuarela (o de cerdas muy suaves) pequeños toquecitos. El pan de plata se va alojando allí donde está en contacto con la superficie a la que hemos dado el mixtión y no sobre los restos de pan de plata que ya están aplicados, de manera que la superficie va quedando cubierta de forma homogénea.
Cuando lo tengáis cubierto del todo, cepilláis suavemente con una brocha para que no os queden trozos sueltos. Aplicáis goma laca transparente para proteger el pan de plata.
Para terminar, se aplica cera virgen mezclada con betún de Judea y se saca brillo.
Ya sabéis que busco que mis muebles tengan un aspecto envejecido, de modo que no he cubierto del todo la superficie, dejando irregularidades que le dan ese aspecto de mueble recuperado.
Se nota que me gusta como ha quedado, ¿verdad?. Lo más curioso es que este tocador no me cuadraba en ningún sitio y ahora coordina con todo tipo de muebles.
Os recomiendo vivamente que lo intentéis.
No es nada difícil, es barato, entretenido y los muebles dan un cambio total.
Espero haberos sido útil.
Un abrazo