Dentro del enorme abanico de
posibilidades que ofrece decorar un mueble, uno de mis favoritos es
el estilo
Chinoiserie.
Esta tarde he estado decorando un
escritorio conocido por todos los aficionados a las miniaturas pues
se encuentra fácilmente en las tiendas de los chinos (nunca mejor
dicho).
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Ya había transformado antes uno igual convirtiéndolo en un
escritorio muy decapado en color blanco, cuyo resultado podéis
recordar pinchando
aquí.
En primer lugar, y sin que sirva de
precedente, no he utilizado imprimación para el exterior y he
pintado con espray negro mate directamente. Ha sido un experimento que felizmente ha salido bien. Ya sabéis que no debéis
pintar muy cerca para que no salgan churretes. Dejad secar bien
varias horas.
El interior sí lo he imprimado y
cuando ha secado he pintado a pincel con acrílico color rojo Pekín.
-->Tras pasar durante varios días
empapándome de este estilo, buscando imágenes en Internet, o
consultando alguna enciclopedia, he decidido inventarme los motivos,
pues cualquier dibujo que encontraba resultaba muy difícil de
reproducir a esta escala.
Como podéis ver son bien sencillos.
-->Utilizo la tinta de un rotulador
indeleble metálico porque es más cubriente que la pintura acrílica
dorada, pero en vez de pintar con el rotulador, he utilizado
palillos, pues no sólo son más finos, sino que al no ser un chorro
continuo de tinta, se puede modular y dar de diferentes modos,
resultando bastante más interesante.
-->Cuando el dorado ha secado bien, he
utilizado acrílico blanco, más o menos aguado para obtener ciertas
transparencias o intensidades de blanco.
Tras secar el acrílico, he dado a toda
la pieza con goma laca, la cual le da un brillo a la
superficie muy bonito realzando los dibujos y los colores, y cuyo resultado es
muy parecido a los muebles lacados orientales.
-->Si no os gusta muy brillante, con
cuidado y SUAVIDAD EXTREMA podéis lijar como yo he hecho con lana de
acero.
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Y este es el resultado final. También lo he decorado por dentro, pues este estilo es sumamente recargado.
Creo que
para ser el primero no esta mal. Espero poder ir afinando esa
pincelada aún más, porque me encantan las chinoiseries y repetiré.
Para terminar, os muestro una de mis ilustraciones. La tengo que reducir lo suficiente como para convertirla en un cuadro que colocaré sobre el escritorio.
Espero que os haya gustado y sobre todo que os haya servido. El truco está en intentarlo, y si no os gusta, se borra y se repite, y ya está. Con miedo no se llega a ninguna parte.
Un abrazo y mil gracias por vuestro apoyo.