Trabajando con Alambre

He hecho dos asientos con alambre, el primero es una silla de jardín oxidada que aparece en el libro de Chistine Léa Frisoni "Le Grand livre de la Maison Miniature".

Al ver que no se me ha dado mal, he decidido intentar algo más difícil: una mecedora Thonet.

He utilizado alambre galvanizado grueso. Cuesta un poquito trabajarlo, por tanto, recomiendo ayudarse de algo cilíndrico para ir haciendo las curvas, comprobando en todo momento que seguimos fielmente el dibujo del perfil.

Tras marcar los puntos donde enlazan las curvas, he procedido a soldar los alambres con estaño cuidando que las soldaduras queden hacia el interior de mecedora.

He puesto tela al asiento y el respaldo y los he pintado. Después los he pegado a la estructura.

Finalmente he pintado y envejecido.

Y así es como ha quedado.

Chaise Longue

Hoy voy a contar el proceso que he seguido para hacer una glamurosa Chaise Longue vintage, o lo que es lo mismo una vieja tumbona para leer.

En primer lugar he cortado una bandeja de poliuretano, de esas de los supermercados, siguiendo las dimensiones que me han interesado ,para hacer la tumbona.

Muestro también la forma que se podría aprovechar de dicha bandeja si quisiéramos hacer un loveseat que dicen los ingleses, a lo que los españoles llamamos un sofá de dos plazas. Pero también podría utilizarse para hacer un sofá esquinero.

He pegado a la base de poliuretano, un trozo de cuero perteneciente a un viejo bolso, con las dimensiones adecuadas.

Os aconsejo no usar pinzas que aprieten mucho y dejen marcas en el cuero.

Hay que forrar con cuero la parte trasera también. Las patas iba a hacerlas con palillos de los chinos cortados, pero si se pegan sobre el cuero directamente se mueven y el sillón se tambalea.

Finalmente he optado por alambre de aluminio negro. Es una solución muy frágil para mi gusto, pero cuando encuentre otra mejor lo contaré.
Finalmente he hecho un cojín de cuero con un retal del mismo, pegamento y algodón.

Gracias por estar ahí y espero haber sido de utilidad.

Personalizando un escritorio

Aún no tengo plenamente decidido el estilo del interior de la casa. Me gusta el llamado Shabby Chick, aunque suavizándolo para no ser demasiado cursi. Me gustan los estilos rústicos, el wabi sabi, los muebles de los años cuarenta, la mezcla de estilos, los papeles de colores claros, las paredes desconchadas, los muebles metálicos roñosos...

Lo que tengo claro es que voy a intentar evitar en todo momento el Horror vacui, pues cuando veo esas escenas abarrotadas de objetos desordenados por todas partes, me entra cierta ansiedad.

Quiero un interior que transmita sensaciones de paz, intimidad y sosiego, pero también optimismo y frescura.

Uno de mis primeros pasos ha sido personalizar varios muebles fáciles de encontrar en las tiendas de los chinos.
Hoy empezaremos por el escritorio.

Lo único que es de madera es la puerta que sirve de tablero, de modo que no podía decaparlo y dejarlo del color natural de la madera.
He lijado la superficie y he dado alkil para que la pintura agarre bien. Tras limpiar el polvo he aplicado barniz de craquelar medio, cuando ha secado he aplicado pintura acrílica blanca mate (Nepal white de Peveo)

Con una lima de uñas he insistido en aquellas zonas que tienden a desgastarse con el paso de los años, esquinas, partes salientes, bordes, etc.

Finalmente he forrado los cajones con un papel de lunares para darle un poco de color.

Y este es el resultado final.

Primeras andanzas

La casa es de DM y madera, de modo que lo primero que he hecho ha sido lijarla suavemente con lana de acero, limpiar el polvo y dar una capa de alkil ligeramente diluido, para que sirva de tapaporos e impermeabilice la superficie. Cuando ha secado, he vuelto a pasar la lana de acero y le he dado otra capa de alkil y otra vez he pasado la lana hasta conseguir una superficie suave.

Las ventanas y puertas me gustaban de ese color, así que por ahora no las he teñido. Las paredes las he pintado con pintura acrílica de color crema.
Aún no he decidido si el tratamiento final de la casa será como un mueble decapado y terminado a la cera o si debería darle un acabado más realista. Ya veremos.
El tejado está pintado tratando de imitar las tejas de pizarra, con resultado poco creíble, de manera que tendré que buscar alguna solución para arreglar ese estropicio.

Presentación

Cuando tenia 8 años fabriqué mi primera casa de muñecas. Usaba papeles pegados para hacer las paredes porque el cartón era demasiado duro para cortarlo.
Las cajitas de cerillas servían para hacer mesitas con cajones. Las cortinas las vestía con retales de colores, y pasaba las horas muertas sin molestar a mis padres y sin reñir con mis hermanos.

Treinta años más tarde, alguien que me conoce y me quiere mucho, me ha regalado una casita de muñecas Liverpool 1/12, y reconozco sin rubor que la ilusión que tengo por ella es idéntica a la que tenía cuando era pequeña.

Este Blog nace sin pretensiones, sólo con la idea de compartir la experiencia de ver cómo se transforma esa casa y si es posible servir de utilidad.